Historias de la Algameca Chica, “La Amalia” (Cartagena)

En el litoral oeste de Cartagena existe un poblado marinero situado a las orillas de la Algameca Chica.

Este lugar es llamado así en recuerdo al “santo” morabito Selim El Algamek y su enclave es privilegiado por sus vistas y su encanto natural.

En el siglo XVIII se instaló allí una línea defensiva de baterías de costa, la minera también se adueñó del lugar con explotaciones de hierro, cobre y actividad yesera en la época pre-industrial.

Posteriormente se construyó el Matadero Municipal y como no podía ser menos, la Algameca Chica también se rodea de un lugar mágico con su leyenda de “La Amalia”; una pitonisa muy conocida en aquella época. 

La primera mención que tenemos por escrito sobre esta zona hace referencia al año 1728 en la época de la construcción del Arsenal de Cartagena; un documento escrito por el ministro Intendente General de la Marina sobre la construcción de un canal que desviase hasta la zona de la Algameca las aguas y lodos procedentes de la rambla de Benipila y evitar que desembocasen en el puerto.

Para aquel entonces, la Algameca Chica ya estaba ocupada militarmente con seis de los veinticuatro cañones que defendían las costas Cartagenera y que fueron vitales en la guerra cantonal de finales de 1873.

Profundizando un poco más en los archivos municipales de Cartagena, encontramos que las primeras referencias que tenemos a la población en la zona de la Algameca Chica son del año 1778; donde ya eran habituales la toma de baños en aquella zona.

En el año 1881 ya estaban levantadas cinco viviendas junto a una pequeña taberna y en el año 1889 fue proyectado el inicio del matadero Municipal de Cartagena diseñado por el arquitecto Tomás Rico, aunque no fue construido hasta el año 1892.

(Este quizás sea una de las edificaciones menos conocidas de Cartagena ya que a mediados de los años cincuenta, los siete pabellones que formaban el matadero, quedaron integrados en el cuartel del Tercio de Levante de la Infantería de Marina.)

Retomando la antigua leyenda, tenemos que decir que había un dicho popular en Cartagena que se utilizaba cuando una persona contaba alguna cosa y se dudaba de su veracidad; entonces se decía “eso se lo cuentas a la Amalia”La llamada Amalia, era famosa en la ciudad por ser una pitonisa que proporcionaba toda clase de pócimas, brebajes o simplemente consultar el destino de la gente que acudía a su casa situada cerca del “Arco o Banco de la Amalia” (nombre por el que es conocido actualmente).

Tal fue su fama, que no sólo era conocida por los cartageneros. Un día se presentó en su casa un apuesto capitán inglés de uno de los navíos mercantes que atracaban en las costas cartageneras para realizar los cargamentos de minerales.

Según dicen, la pitonisa le fue sucumbiendo con pócimas de amor antes de que zarpase y a los dos meses cuando el capitán del navío volvió a tierras cartageneras, este fue de nuevo a visitarla para pedirle matrimonio.

La noticia se difundió por toda Cartagena y ambos decidieron partir a tierras inglesas dejando así el recuerdo de “La Amalia” en la Algameca Chica.

Esta antigua leyenda fue cogiendo fuerza a raíz de que, en verano del año 1930, una joven cartagenera de once años de edad y llamada Amalia Pérez Pérez, fue a refrescarse por las inmediaciones del “Arco de la Amalia”.

En un determinado momento esta resbaló cayendo fuertemente al suelo sufriendo una conmoción cerebral que le obligó a una rápida hospitalización en el antiguo Hospital de la Caridad. 

Muchos empezaron a pensar que esa antigua leyenda de “La Amalia” tenía algo de realidad y que la pitonisa se había reencarnado en esta joven niña.


Editado por Antonio Pérez Díaz

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Fuentes del artículo: Archivo Municipal de Cartagena / elconfidencial.com / laopiniondemurcia.es / laverdad.es / elmausoleo.jimdo.com

Enlace sugerido: Cartagena, ciudad de tesoros.

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Comentarios: 1
  • #1

    Israel_ct (sábado, 21 julio 2018 23:23)

    Muy buena historia y un lugar maravilloso y con un encanto especial.