Al principio de cada ponencia, nos viene necesariamente un pensamiento de fantasía y fábula, siendo incrédulos de lo que nos narran. Pero poco después recorren por nuestra mente el lenguaje de la ciencia y la lógica; siendo en este mismo instante cuando la "elaboración" corona el pensamiento. Se hace el silencio y es en ese momento cuando el ponente se da cuenta de que la verdadera fuerza de la ponencia está, no en lo laborioso de esta, sino en la atención que logra que se le preste.

Gracias a sus esfuerzos tenemos unos pensamientos más fuertes y amplios.

Ahora podrán ver nuestra vídeo/fotogalería con los eventos a los que hemos asistido.