Historia detrás del Carnaval.

Cuando pensamos en “carnaval” rápidamente lo asociamos al termino de festejo y disfraces; pero esta celebración lleva realizándose desde mucho tiempo atrás. Hay algunas evidencias que nos hablan que ya los sumerios utilizaban un día concreto para celebrar un ritual en el cual ahuyentaban a los malos espíritus colocándose máscaras y pintándose la piel. También se sabe que otras civilizaciones como la griega o la egipcia se ponían vestimentas en un día señalado para rendirle tributo a sus deidades.

Pero sin duda alguna, la Saturnalia Romana es lo que definitivamente dio lugar a lo que conocemos como “carnaval”.

 

La Saturnalia Romana se celebraba entre los meses de febrero y marzo; días en los que se reconocía a Saturno como dios de la siembra y la cosecha. Durante este periodo de tiempo, los campesinos celebraban fiesta y bailes alrededor de las cosechas para estimular el crecimiento; de ahí que tenga sentido pensar que esta celebración coincidiese con el periodo de plantación en los campos.

Pero la Saturnalia Romana también daría lugar a sus condiciones festejas y  libertinas, durante unos días estaba permitido todo tipo de excesos placenteros ya que lo llegaron a considerar como otra forma de “estimular los campos y las cosechas”. Esta nueva condición de la Saturnalia hizo que las personas optaran por disimular su rostro y silueta con máscaras y disfraces para preservar sus identidades.

 

Es a partir del siglo IV, en plena decadencia del imperio Romano, cuando la Saturnalia Romana dejan de ser fiestas idólatras y la imposición del catolicismo la convierte en una celebración previa a los días de Cuaresma. En la que se recupera el control social de dicha celebración y se impone un periodo obligado de penitencia; en el que los tres últimos días de esta celebración se prohíbe el consumo de carne para dar la bienvenida a la Cuaresma. Este es el motivo por el cual conocemos al “carnaval” como tal, su etimología proviene del término del latín “carnem-levare” (carnem: carne – levare: quitar), que dio paso a su término italiano “carnevale”.

 

Esta nueva imposición religiosa de la Saturnalia no agradó a mucha gente, lo que hizo que durante siglos los festejos más paganos se celebrasen de forma privada y clandestina ante el temor de recibir algún castigo por parte del catolicismo.

Pero el “carnaval” tuvo su revelación en la ciudad italiana de Venecia durante la Edad Media. Esta ciudad se convirtió en la nueva cuna cultural y artística de Europa donde la aristocracia solía acudir con frecuencia. Posteriormente la aristocracia tomó por costumbre ponerse máscara y disfrazase para poder mezclarse con la gente del pueblo y que estos no los reconocieran.

 

Esto último es lo que afianzó definitivamente el término del carnaval, siendo aplicado por numerosas poblaciones de la Europa medieval.

 

Actualmente los carnavales han perdido el aspecto religioso que pudieran tener y su duración puede llegar a prolongarse más de una semana, terminando un día antes al Miércoles de Ceniza, inicio de los cuarenta días de la Cuaresma. 


Editado por Antonio Pérez Díaz
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Comentarios: 2
  • #1

    Kasiopea (domingo, 11 febrero 2018 20:52)

    +1

  • #2

    Pablo López (lunes, 19 febrero 2018 19:30)

    Interesante artículo. Como suele pasar con todas las costumbres y tradiciones, al final se le busca un fin para "beber y divertirse".