Ávila. Las leyendas tras los muros.

Desde finales del siglo V hasta nuestros días, los muros que se levantaron para proteger a esta ciudad de futuras invasiones, también hicieron que encerrasen consigo un gran cúmulo de leyendas. Hoy en día, dentro de estos contundentes muros el misterio se entrelaza con lo real; por lo que adentrarse dentro de la ciudad amurallada de Ávila y recorrer las calles de esta, harán de cada visita una experiencia inolvidable.

 

Nuestro viaje comienza  a escasos metros de esta ciudad. A las orillas del río Adaja, nos encontramos con la ermita de San Segundo y la leyenda de Santa Paula Barbada. 

En los primeros siglos del Medievo, una joven de extrema belleza llamada Paula, acudía a diario a la ciudad de Ávila para vender verduras y hortalizas de su cosecha. Siempre realizaba el mismo camino y su presencia era conocida y respetada por todos. Pero siempre hay quien alberga malas intenciones y más cuando se trata de una bella dama. Un joven quedó locamente prendado de Paula y cada vez más su insistencia iba a mayor. En un principio sólo intentaba acercarse a ella, luego empezó a hablarle de forma libidinosa hasta que llegó un día en que empezó a seguirla.

El joven montado a su caballo aprovechó un tramo solitario en el camino para cortarle el paso y Paula atemorizada echó a correr hasta encontrarse con la ermita de San Lázaro en la cual se refugió y delante del altar rezó a Dios para que le diese alguna fealdad en su rostro y así poder espantar a su acosador.  La leyenda nos narra que de su rostro brotó tal cantidad de pelo que no había diferencia con la barba de un varón y cuando el joven que la seguía entró a la ermita, este sólo encontró lo que parecía ser un ermitaño el cual se acercó y preguntó si había visto a una bella joven.

A partir de este milagro, Paula se trasladó a la ermita de San Segundo donde se dedicó a la oración y posteriormente fue enterrada bajo un altar de la ermita y declarada patrona de Cardeñosa.

 

En la ermita de San Segundo, en el altar donde se halla enterrada, podemos apreciar una inscripción.

 "Esta reja retablo mandó hacer la magnífica Doña Isabel de Ribera, hija del caballero de Valderrabano, a honor de Santa Paula Barbada, hecha en el año 1547. Se dice que murió a los 17 años, un 20 de febrero".

Dejando la ermita de San Segundo y atravesando el puente del río Adaja, nos encontraremos con este precioso lugar donde podemos apreciar con total claridad la ciudad de Ávila. “El Humilladero de los Cuatro Postes”  que así se hace llamar este lugar, tiene dos leyendas que contarnos.

 

Una de ellas tendría que ver con Santa Teresa de Jesús, ya que fue allí donde fue localizada junto con su hermano, los cuales se disponían a partir hacia tierras del Sur para evangelizar a los infieles, sin importarles morir en el intento ya que serían reconocidos como mártires. Años más tarde, Santa Teresa de Jesús (en aquella época conocida como Teresa de Ávila), es invitada a marcharse de la ciudad debido a su manera de ver la religión. En ese mismo lugar donde fue localizada en un principio, es donde paró su marcha para sacudirse sus sandalias y mirando hacia Ávila exclamo “De Ávila, ni el polvo”. Posteriormente Santa Teresa se reconcilió con su patria natal.

La otra leyenda nos plantea que en el año 1157, los pobladores de la ciudad de Ávila realizaron una romería en agradecimiento ya que las epidemias que asolaban en aquella época a la ciudad desaparecieron. Todo el mundo quiso estar presente en aquella romería que concurría a las afueras de la ciudad quedando consigo Ávila desierta. Momento en el que los musulmanes acecharon y huyeron con su botín, pero rápidamente los hombres de armas de la ciudad de Ávila se enteraron de lo ocurrido y recuperaron todo el botín. Pero la mayor sorpresa fue ver que al llegar a las puertas de la muralla, estas se encontraban cerradas por algunos traidores que exigían una pequeña recompensa. El rey Sancho III de Castilla, acudió a mediar con estos traidores y decretó para ellos una vida fuera de los muros de esta ciudad sin privilegio alguno y para que estos castigo quedase en la memoria colectiva de todos, se mandó construir el monumento de “El Humilladero de los Cuatro Postes”.

Justo al lado de las murallas de Ávila, en la puerta de Santa Teresa, es donde comienza nuestra siguiente leyenda. Esta leyenda es una trágica historia de amor y dolor.


En el palacio de Núñez Vela, vivía una joven llamada Lucinda. Muchos eran los pretendientes que querían su corazón, pero todos eran rechazados por ella. Pero dicen que un día mientras Lucinda estaba asomada a en su balcón, vio a un joven misterioso y su curiosidad hizo que se tornase en amor.

El joven resultó ser Enrique Blázquez Dávila y cuando esta noticia llegó a oídos del padre de Lucinda, este urdió un plan para que el joven Enrique fuese acusado de conspiración y fuese desterrado de Ávila.  Tras el paso del tiempo, Lucinda enfermó sin motivo aparente y cuando Enrique pudo volver a Ávila le dieron la noticia del fallecimiento de su amada. Este enloqueció de tal manera que pudo colarse en la iglesia del convento donde se hallaban los restos de Lucinda e intentó abrir su sepulcro. En ese momento sus manos quedaron solapadas en el sepulcro y tras unos minutos de angustiosa agonía, pudo liberarse y huyó despavorido. Al día siguiente Enrique regreso al convento y pidió formar parte como monje de este.

Muchas son las leyendas que encierran los muros de Ávila, pero a veces las leyendas se convierten en realidad como fue el caso de la leyenda del pasadizo secreto de la Catedral de Ávila.

 

Cuenta la leyenda que dos jóvenes, Jimeno y Madrona, se enamoraron plenamente pero ambas familias impedían que los enamorados se viesen. Jimeno trabajaba en uno de los torreones de la Catedral y un día cansado de los impedimentos de su familia, decidió tirarse por uno de los pozos de la catedral de Ávila. Tras su caída se esperaba una horrible muerte, pero sin embargo encontró un pasadizo que comunicaba con unas dependencias palaciegas cercanas.

Para que su amor no fuese descubierto, Jimeno y Madrona utilizaban este pasadizo para verse sin temor, pero la historia no tiene un final feliz, pues uno de los familiares de Jimeno descubrió su secreto y recorrieron el pasadizo hasta dar muerte a Madrona.

 

La leyenda, sin embargo, podría ser una historia real, pues este pasadizo fue hallado en el año 2010 en el interior de la Catedral de Ávila y efectivamente comunica con ambas intendencias. Estos y otros hallazgos referentes a los pasadizos y los pozos de la Catedral de Ávila, pueden corresponder a otra de las leyendas referentes a las que se dice que la Catedral fue construida sobre una gran laguna.


Editado por Antonio Pérez Díaz

Copyright © elmausoleo.jimdo.com | Todos los derechos reservados.

 

Fuentes del artículo: wikipedia.org / elmausoleo.jimdo.com

Escribir comentario

Comentarios: 3
  • #1

    Ana (lunes, 27 noviembre 2017 21:47)

    Me encanta!

  • #2

    Juancho (jueves, 14 diciembre 2017 09:22)

    Estuve hace poco por ahí, y la verdad que cuando estás dentro de las murallas sientes algo especial. Un lugar precioso.

  • #3

    Mario H. (miércoles, 27 diciembre 2017 20:21)

    Un lugar recomendable 100 por 100 para visitar.
    Muy interesante el artículo Antonio.