El naufragio del Sirio (Cartagena - Cabo de Palos)

La tragedia del Sirio, uno de los más grandes naufragios; pasó a los recovecos de la historia y durante muchos años ha estado sumergido sin que apenas nadie supiese de ello. Desde hace unos años, se ha rescatado parte de esta historia; historia que generó un legado cultural, que rememora la peor tragedia civil en la costa española.

 

Ese legado cultural se centra en un poema de José María Marín, en una canción popular italiana sobre el drama del Sirio, “Il Tragico naufragio del vapore Sirio” y en Inglaterra, en la abadía de Buckfast podemos encontrar un relieve en bronce haciendo alusión al naufragio del Sirio.

El naufragio del Sirio comenzó un fatídico 4 de Agosto del año 1906. El transatlántico surcaba las costas de la Manga en dirección a Argentina en un día soleado y caluroso de verano. El capitán (Giuseppe Piccone) cedió el mando del transatlántico a un suboficial para irse a descansar a su camarote. En aquel momento el Sirio surcaba muy cerca de la costa, aproximadamente a unos 1500 metros.
 
Los bajos marinos que hay alrededor del Faro de la Hormiga no tardaron mucho tiempo en encontrarse con el transatlántico; el Sirio chocó a una velocidad de 15 nudos haciendo que el barco quedase levantado de proa y apoyado sobre aquella roca.

El casco y la popa del Sirio se partieron por la mitad y comenzaron las explosiones de las calderas. El pánico se apoderó de los pasajeros que actuaban sin control, luchando por su supervivencia, ansiosos de subirse a un bote salvavidas.

Esta tragedia acumuló un saldo de centenares de víctimas, entre algunos de los pasajeros distinguidos del Sirio se encontraban, en el momento de la catástrofe, la cantante Lola Milanés, obispados y arzobispados, cónsules, médicos celebres de aquella época y otras tantas celebridades que se vieron envueltos en este suceso.

Pero quisiera destacar a un superviviente y estudiante argentino, Martín Hailze; que relató el drama vivido en un diario llamado 'El Eco'.

"Iba en mi camarote de primera clase escribiendo una carta, cuando una fuerte sacudida me tiró al suelo y una gritería inmensa me hizo conocer que alguna terrible desgracia había ocurrido. Pronto supe que habíamos chocado contra unas rocas submarinas. Dolorido del golpe que al caer había recibido, subí casi a rastras sobre cubierta, y el cuadro aterrador que se presentó a mi vista perdurará en mi memoria por muchos años que viva. El buque se sumergía de popa rápidamente; los pasajeros corrían como locos, dando gritos de terrible angustia, llorando unos, maldiciendo otros y todos llenos de terror. Esto fue causa de que se cometieran escenas de verdadero salvajismo. Peleábanse entre sí, hombres y mujeres, por los salvavidas; pero a patadas, a puñetazo limpio, con uñas y con dientes. Hasta vi algunos esgrimiendo cuchillos".

El rescate del Sirio constituye, en la Historia de España, la mayor operación civil de salvamento en la costa. Desde el cercano puerto de Cabo de Palos se organizaron por parte de los pescadores locales las tareas de salvamento, consiguiendo rescatar a numerosas personas.

 

También participaron numerosos barcos que navegaban por aguas del Mediterráneo, como es el caso del barco de vapor  Marie Louise; este fue el primer barco en acercarse al Sirio tras la tragedia y pudo salvar la vida de 44 pasajeros. Luego fueron llegando otros barcos y pequeñas goletas que también colaboraron en el salvamento del Sirio. Pero sin duda alguna, la hazaña más heroica la realizó la pequeña goleta bautizada como Joven Miguel, tripulada por Vicente Buigues.  

A pesar de la oposición de su tripulación, la primera operación de Buigues fue incrustar su popa en el lateral del Sirio, operación de verdadero riesgo ya que si el Sirio se hundía, el Joven Miguel también sería arrastrado hacia el fondo marino.

 

Lograron salvar la vida de casi 400 personas, que una vez a bordo de esta goleta; tomaron rumbo para desembarcar en el puerto de Cartagena.

Juan de la Cierva Peñafiel (ex-ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes), elogió el comportamiento heroico de los habitantes de Cabo de Palos.

"Estos hombres rudos, ancianos, algunos octogenarios, tienen el corazón muy grande, hecho para el mar. Y sin que nadie los estimularan armaron sus frágiles barcos y a volar, apoyándose en los remos. Era el viento contrario y dificultaba el avance, pero con él lucharon... A salvarles marcharon los hombres y mujeres, la colonia entera, pronta a cumplir sencillamente nuestros deberes".

 

Los restos del Sirio descansan en el mar desde el 21 de Agosto de 1906, repartidos a gran profundidad. Desde la declaración de la Reserva Marina de Cabo de Palos e Islas Hormigas en 1995 el buceo en la zona está restringido, requiriéndose permiso de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de la Región de Murcia.



Editado por Antonio Pérez Díaz

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Fuentes del artículo: Archivo Municipal de Cartagena / elmausoleo.jimdo.com

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