¿Existe verdaderamente la historia del llamado Yeti?

Pero no es de extrañar, ya que si no conociéramos nada y nos encontráramos a una criatura semejante a nosotros de 3 metros de altura y completamente llena de pelo, quisiéramos que se recordase a lo largo de la existencia del hombre.

Si verdaderamente existen, no es de extrañar que sean muy pocos humanos  los que los hayan visto, dando este hecho por si solo a que sea considerado más que una realidad una leyenda, ya que no tenemos pruebas de su existencia, tan solo palabras de la gente y algunos indicios de actividades y huellas.

Pero el ser humano ha evolucionado con una mentalidad retorcida, siempre poniendo escusas para tapar posibles verdades y así acallar a las masas y evitar molestias. Es normal que sean muy pocos los que afirmen ver a un Yeti, pongámosnos a pensar que nosotros fuésemos los Yetis, una raza en peligro de extinción y sabiendo como es el Ser Humano, no creo que fuéramos  con tranquilidad, ya que si el ser humano nos viera muy a menudo, supiera donde vivimos, donde dormimos, nuestro tipo de vida y demás; ¿qué creéis que nos harían?

“La historia de Zana, la misteriosa mujer de grandes proporciones cubierta de mucho bello, que en el siglo XIX fue capturada por los pobladores de Abkacia, un territorio sudoriental del mar negro, despierta dudas en los occidentales, si realmente corresponde a las historias de Bigshoot o Yeti.

Según el investigador ruso Igor Burtsev, los genetistas ya habrían descubierto, que el origen de Zana viene de una madre homo sapiens, y padre diferente, posiblemente neandertales. Aún así ya se conoce que existieron cruces entre ambos en el pasado.

En su relato, explica que inicialmente la historia fue estudiada por el zoólogo y profesor Alexander Mashkocstsev en Moscú en 1962 y por el investigador profesor Boris Fedorocvich Porshnev. El propio investigador cree que la historia popular de Zana, sirve para ser contada en el cine, pero también es digna de ser estudiada para confirmar los orígenes genealógicos de esta mujer de la selva y montañas del Cáucaso, que creó uno de los tantos mitos populares de Yeti en Rusia.”

Ha pasado mucho tiempo hasta que finalmente se ha logrado que en Rusia sometan a análisis los restos de Zana, la hembra Yeti capturada por los aborígenes caucasianos de Abjasia en el siglo XIX. Los científicos además aseguran haber encontrado pruebas irrefutables como huellas y pelos. La expedición reunió estudiosos provenientes de Rusia, Estados Unidos, Canadá, China, Mongolia y Suecia.

El análisis del ADN de descendientes del hombre de las nieves dio resultados importantes de su afinidad genética al homo sapiens, expresaron los organizadores de la conferencia. Esto hace pensar que el Gigantopithecus blackii  “no se extinguió totalmente y que parte de este magnífico primate sigue aún vivo”.

Los resultados de las muestras de ADN y los otros descubrimientos serán publicados en una revista científica y será según expresaron un paso adelante para el reconocimiento de la ciencia oficial, agrega La Voz de Rusia. Como cabía de esperar y de lo que hablábamos unos “párrafos más arriba”, la comunidad científica se mantiene dividida y renuente en aceptar a los testimonios. Ahora solo falta esperar a que desvelen esos resultado o los tachen y clasifiquen como inconcluyentes o inaceptables.