Culto y manipulación de las sectas.

Desde tiempos inmemoriales, las sectas han estado entre nosotros y se han ido adaptando a los nuevos tiempos que corren. El acceso y el uso de las nuevas tecnologías, ha conseguido que las llamadas sectas digitales engloben más terreno y cobren un mayor número de simpatizantes. Y es curioso que aún disponiendo de más medios para prevenirlas y de más información para tratar de concienciar a las personas, estas sectas no disminuyen ya que han encontrado en Internet una herramienta muy útil para su expansión.

Debemos de decir que hoy en día siguen existiendo sectas tradicionales o más reservadas y que sólo son conocidas por el “boca a boca”, pero desde hace ya algunos años, se ha notado un increíble aumento en organizaciones enfocadas a publicitar y ofrecer unas terapias milagrosas, un crecimiento personal y/o espiritual de bienestar o simplemente organizaciones enfocadas únicamente a temas conspiranoicos.

A día de hoy, el ser humano es más cauto referente a las sectas que se dedican a predicar la palabra de “Dios”; se ha vinculado las menciones de estos predicadores como un posible engaño, pero aún sigue habiendo grandes superficies en la población en las que existe un fervor incondicional a estos grupos de estafadores/as. Y al mismo tiempo, las personas siguen teniendo una parte de ingenuidad en cosas absolutamente increíbles, llegando a ser normalizadas a un nivel psicológico y social. Esto se debe a que las sectas actualmente ya no hacen un trato tan físico como estábamos acostumbrados a la hora de captar adeptos, si no que ahora aportan su información y sus pensamientos a las redes sociales con el fin de conseguir más seguidores, de esta manera y sin darnos cuentas vamos propagando su información a través de nuestros contactos.

Al principio nos parecen contenidos ilustrativos, entretenidos e inofensivos, en el cual, suelen ser los propios usuarios de estas redes sociales los que dan el primer paso y se animan a participar o unirse. Este simple hecho ya supone visitar esos contenidos de una forma regular y si nos dejamos enredar en esa “madeja virtual”, poco a poco iremos aumentando nuestra vulnerabilidad y nos sumergiremos en su engaño.

Además, sin ser consciente de ello, vamos dando información relevante de nosotros mismos (sin contar que las redes sociales ya nos permiten indagar en la vida de las personas y tener unos datos iniciales), de tal manera que pensamos que esa persona a la que seguimos, tiene una intuición admirable y nos comprende perfectamente, por lo que resulta absolutamente fácil volcarte en esa persona e ilusionarte de manera esperanzadora.

Existen infinidad de sectas, (llámese grupo, organización, comunidad, etc.) que nos ofrecen un fin concreto, algo totalmente distinto y seguro que hace que pensemos en ello, todo esto mientras nos dejan ver que están respaldadas por ciertos colectivos o personas de prestigio y en otros muchos casos, el/la estafador/a se crea titulaciones y métodos novedosos para disminuir nuestras dudas.

Ejemplos de ello pueden ser los relacionados con los sistemas mágicos de sanación, los cuales nos ofrecen brebajes, placebos, agua mineromedicinales, rituales, rezos o cualquier calumnia, prometiéndonos la cura de cualquier problema o enfermedad que tengamos. Llegando a persuadir a las víctimas para que dejen sus tratamientos médicos y se dediquen plenamente a ellos jugando así con sus vidas.

Otros ejemplos son los llamados grupos de bienestar o crecimiento personal, en los que te hacen creer que tú tienes el control de todo mientras te van saturando con mensajes subliminales o absurdos juegos de palabras y al mismo tiempo te vas apoyando en un grupo de gente que se encuentra en tu misma situación. Esto hace que nos volvamos más vulnerables a la sugestión progresiva y nos hacen que seamos dependientes de ese grupo. En muchos casos, esos grupos finalizan el círculo del engaño con reuniones donde el/la estafador/a ofrece sus productos (libros, pinturas, amuletos, etc.), con retiros espirituales o viajes con el único fin de conseguir una cuantía económica y en el peor de los casos “secuestrando” a dichas personas sometiéndolas a un engaño continúo quedando mermadas ante cualquier titubeo que puedan llegar a tener hacia su “líder”.

Existen infinidad de ejemplos, pero todos tienen el mismo principio como hemos podido observar, una persona exhibe sus ideas y empieza a difundirlas generando una cantidad de seguidores (actualmente estamos en la época de darle al “Like”) que empiezan a instaurar un estilo de vida alrededor de esas ideas de una forma incondicional y muchas veces con carácter conspiranoicos. Reforzándolo con la presión que puede llegar a ejercer el grupo de seguidores ante cualquier duda que pueda llegar a tener la persona que se plantee en dejar un grupo o simplemente pensar de forma distinta a ellos. 


Editado por Antonio Pérez Díaz

Copyright © elmausoleo.jimdo.com | Todos los derechos reservados.

Fuentes del artículo: aiiap.org / yorokobu.es / sectas.org / wikipedia.org / elmausoleo.jimdo.com

Escribir comentario

Comentarios: 2
  • #1

    . (martes, 12 marzo 2019 20:35)

    No todos los grupos o comunidades son sectas.
    Yo practico terapias naturales y también hago yoga y no estoy en ninguna secta.

  • #2

    Aitor (martes, 12 marzo 2019 21:50)

    Está claro de que no todos los grupos son sectas.
    Pero el artículo nos hace referencia a las que si lo son y de como actúan.
    Tú puedes usar o invertir en terapias naturales o en el Yoga si eso te hace (a ti mismo) que te sientas bien emocionalmente o que notes cierta mejorías en tu cuerpo.
    Pero que no nos vendan la moto como en el caso del agua con lejía, por poner uno de los miles de ejemplos, que decían que curaba el cáncer, el autismo y mil cosas más.